sábado, 26 de mayo de 2012

Un final perfecto

Un final perfecto
Guardiola tuvo un adiós excelente ganando el decimocuarto título en cuatro temporadas
Sus futbolistas le brindaron la copa y una primera media hora sensacional de fútbol de mucha calidad.
Si Pep Guardiola había soñado un día con un final ideal en el banquillo del Barça, posiblemente se parecía mucho al que tuvo. De hecho, es bastante posible que la realidad haya superado ese sueño.
El mejor entrenador de la historia del club se despide con un nuevo título, el decimocuarto en cuatro temporadas, con otro partido de su equipo para enmarcar.
Guardiola lo ha dado todo durante estos cuatro años por el club de su vida y también por el fútbol.
Ha creado una máquina de hacer fútbol casi imparable, un equipo eterno, legendario que estará para siempre en los libros de historia de este deporte no sólo por los catorce títulos ganados.
Lo estará sobre todo por cómo los ha ganado.
Por las innumerables exhibiciones de fútbol que ha hecho.
Sus jugadores saben que Guardiola les ha hecho eternos y llegaban a esta final con la idea de despedir a su referente con una victoria.
Le brindaron el título y un partido espectacular, pasando por encima de un Athletic que fue fiel al estilo que ha impuesto Marcelo Bielsa desde su llegada, pero que nada pudo hacer sobre el césped del estadio Vicente Calderón para detener la avalancha de juego ofensivo de los azulgrana.

La primera media hora del Barça fue sencillamente espectacular, con un montón de oportunidades y tres goles que sentenciaron la final y que dejaron mudos la mayoría de aficionados del Athletic.
Porque fueron mayoría, como había sucedido en Mestalla el año 2009. Un hecho que tendrá que explicar el presidente de la federación española, Ángel María Villar.
Los jugadores del Barça salieron como si ellos fueran los leones.
Como si hubieran sido enjaulados desde que acabó la liga, y en el minuto 2,
Pedro ya había marcado el primer gol.
Pero es que el remate del canario que batió Gorka era la tercera que hacían los azulgrana después de una de Messi y otra del mismo Pedro en el minuto inicial.
El Barça era una apisonadora y Gorka veía como el peligro llegaba a su portería casi en cada jugada.
Y tenían que llegar más goles.
Messi hizo el segundo tras un gran pase de Iniesta.
El argentino no falla casi nunca a su cita con el gol en las finales, y ayer cumplió.
Cuatro minutos después, en el 24, Pedro hacía el tercero.
Guardiola siempre ha jugado los partidos importantes en estos cuatro años con los jugadores que han estado en mejor forma.
Y ayer el canario, uno de sus descubrimientos, demostró que ha llegado muy bien a este final de temporada después de haber estado desaparecido varios meses.
Su partido demostró también que Guardiola acertó del todo en su último planteamiento como técnico del Barça.
Porque lo hizo con él y con Alexis, sacrificando Cesc, y con Montoya, que ayer dejó muy claro que la próxima temporada puede ser miembro de pleno derecho del primer equipo.
Guardiola acertó también de lleno con la preparación del partido y con las órdenes que dio a sus hombres para superar la presión siempre incómoda del Athletic.
Una de las mejores maneras debía ser con largas conducciones de los centrales para superar la primera línea de presión vasca, y Piqué y Mascherano, que hicieron un gran partido en defensa, también lo hicieron en este sentido.
Otra debía ser gracias a la movilidad de los extremos, que tenían que dejar espacios.
Y Pedro y Alexis también lo hicieron a la perfección.
Y por si fuera poco, Guardiola dispone de dos futbolistas de otro mundo en medio del campo.
La exhibición que hicieron ayer Xavi e Iniesta en el Vicente Calderón debería ser recordada por siempre.

La segunda parte no fue igual.

Posiblemente porque el esfuerzo físico hecho en la primera parte pasó factura y también posiblemente porque no necesitaba jugar a un ritmo más alto.
Tampoco creó mucho peligro del Athletic, que no ha sido capaz de marcar ningún gol en los últimos seis partidos.
El control del Barça sólo desaparecía a veces, porque los jugadores del Athletic no dejan de correr hasta el último minuto y también para que Messi decidió hacer un par de aventuras en solitario que no acabaron en gol de milagro.
No hacía falta más goles para despedir como se merecía el mejor entrenador de la historia del club y cerrar cuatro temporadas de éxitos y gran fútbol.

MESSI
El argentino no falló a su cita habitual con el gol en las finales e hizo un
PIQUÉ
Él y Mascherano hicieron un gran partido en defensa y en la salida del balón
PEDRO
El canario fue el jugador decisivo de temporadas anteriores con dos grandes goles
INIESTA
El Calderón vivió otra exhibición suya y de Xavi y Busquets en la dirección.

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