viernes, 25 de mayo de 2012

Esto debe terminar bien

Esto debe terminar bien
El Barça busca acabar la temporada sonriente y dedicar la copa a Guardiola, que hoy se sentará por última vez en el banquillo
El defensa del filial Montoya, debería cubrir la ausencia de Puyol.
Ha llovido mucho desde el 27 de abril. Aquel día, Pep Guardiola anunció que dejaba el banquillo del Barça porque se había vaciado y necesitaba volver a llenarse. La afición azulgrana, los jugadores y los directivos han tenido un mes para hacerse a la idea. Para digerirlo. Y el día ha llegado. El mejor entrenador de la historia azulgrana se sentará hoy por última vez en el banquillo del club de su vida, al menos en esta etapa. Y qué manera mejor de despedirse que disputando la final de la copa del Rey. Precisamente la copa fue el primer título que ganó este equipo eterno que él ha dirigido de forma magistral. Y qué manera mejor que cerrar la etapa más brillante de la historia de la entidad ganando el mismo título. El destino, además, ha querido que el rival sea el mismo. El Athletic cayó aquel 13 de mayo de 2009 en Mestalla (4-1). Hoy, el club vasco ha cambiado mucho. Es un equipo mucho mejor con Marcelo Bielsa en el banquillo, pero la motivación que tienen los jugadores del Barça juega en su contra.
El argentino no tiene bajas importantes. Javi Martínez, De Marcos, Iturraspe, Ander Herrera, Muniain y Llorente están preparados para intentar complicar la vida al mejor equipo del mundo. Habrá que ver si el trabajo realizado por Bielsa ha tenido efecto. Porque los vascos acabaron mal la liga. La falta de frescura hizo que no marcaran ningún gol en los últimos cinco partidos disputados, cuatro de liga y la final europea, con sólo un empate.
En Barcelona no se ha hablado sólo de fútbol. También se ha hablado de altas y bajas, y el entorno ha sido movido tras el anuncio de Guardiola, con diversas interpretaciones y reacciones que seguro que han hecho más mal que bien al grupo. El técnico, además, ha perdido dos hombres muy importantes en esta larga espera. Primero fue Carles Puyol, que tuvo que ser operado por una lesión de rodilla. Después, Dani Alves se rompió la clavícula y también tuvo que pasar por la sala de operaciones. La defensa azulgrana, como en tantas finales de esta etapa brillante, está en cuadro y deberá ser el jugador del filial Martín Montoya quien juegue en el lateral derecho junto a Piqué, Mascherano y Adriano. El resto del equipo será de lujo, con Pedro, Alexis y Cesc jugándose dos plazas en la parte ofensiva. Puede parecer que el catalán podría salir perdedor si tenemos en cuenta que ha jugado muy poco desde que la liga quedó sentenciada y Guardiola empezó a preparar la final de la copa, pero el chileno ha estado lesionado varias semanas y deberá ver en qué estado físico llega a esta cita tras recibir ayer el alta médica. En cuanto a Pedro, el canario no ha tenido un buen curso, pero ha ido cogiendo confianza en las últimas semanas y su recuperación puede hacer titular.
En cualquier caso, se espera que el partido sea una fiesta y un espectáculo en la grada y también en el césped. Dos aficiones hermanas disfrutarán de un día de fiesta y reivindicación en Madrid si los ultras no les ponen problemas y no crean incidentes. Después, llenarán las gradas del Vicente Calderón para animar a los suyos, expresar con libertad sus sentimientos cuando suene un himno que no consideran propio y disfrutar después de un gran espectáculo. Lo que garantizan los equipos entrenados por Pep Guardiola y Marcelo Bielsa, dos técnicos que buscan siempre la portería rival. Porque el espectáculo futbolístico existirá. Por mucho que alguien haya intentado que se suspenda. No debía de tener muchas ganas de verlo. Porque después de crear en Madrid un clima anticatalán y antivasco, ha decidido esconderse. Esperanza Aguirre no acudirá al palco. Mejor.

El último partido, el mismo árbitro del debut del técnico
El destino ha querido que David Fernández Borbalán, el colegiado que el 31 de agosto de 2008 dirigió el debut oficial del Barça de Guardiola, en Soria, sea también el encargado de arbitrar su despedida, en una final en que tanto la afición azulgrana como la del Athletic Club esperan que los únicos silbidos protagonistas del duelo sean los que se escucharán durante el himno español.
Y los precedentes son favorables, ya que Fernández Borbalán es un árbitro que suele pasar desapercibido, sin escándalos en su currículo aparte de las polémicas puntuales que ningún colegiado puede evitar.
Con ocho temporadas ya en la élite, probablemente su partido más recordado fue el de la vuelta de la supercopa de España de este curso, el histórico partido en el que José Mourinho metió el dedo en el ojo a Tito Vilanova.
Fernández Borbalán se convirtió en árbitro internacional en enero de 2010, el último paso de una trayectoria brillante que le llevará a la Eurocopa.

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