lunes, 5 de marzo de 2012

Iniesta, el otro Balón de Oro

Tú vas mirando, vas buscando, intentas retener lo mejor de cada uno, tratas de que ningún detalle del partido, de cualquiera, te pase desapercibido.
Miras lo que hacen unos y otros, intentas que te gusten más las jugadas en la que interviene todo el equipo, como si fuese un concierto, pero, a menudo, tienes la sensación de que siempre, siempre, estás esperando que el solista haga algo nuevo, distinto, mágico.
No importa dónde juegue, ni siquiera la camiseta que luzca, tampoco quienes sean sus compañeros aunque, claro, si son los del Barça, mejor que mejor.
Pero tú siéntate a ver un partido en el que intervenga Andrés Iniesta y descubrirás que todo lo que hace, todo, lo hace para agradarte, para que te guste, para que disfrutes, no de su juego, no, que va, para que disfrutes de su deporte, del fútbol.

Fíjate y verás como que él parece que no está. Y está.
Parece que no actúa. Y actúa.
Parece que sus compañeros no lo ven. Y lo ven, lo buscan, lo necesitan.
Viven colgados de él. Parece que no hace nada. Y hace.
¿Por qué?,
porque el fútbol que idea Iniesta es un fútbol que tiene un poquito de Busquets, aromas de Xavi, quiebros de Messi, aceleraciones de Pedro, desmarques de Villa, relámpagos de Alexis, la verticalidad de Cesc y lo mejor, la fantasía de aquel mago, del prestidigitador, que tú quisieras vestido con tu camiseta.

Iniesta nació para honrar al fútbol.
Iniesta es el fútbol.
Los demás son jugadores de fútbol. `
Andresito ¿ no, `Andresito ? es lo que el fútbol debería de ser en las escuelas, en los patios del colegio, en las aceras de las calles, en la plaza de su Fuentealvilla natal.
Porque si algo tiene Iniesta es que, viéndole jugar, observando su comportamiento, visionando todo lo que hace y para que lo hace que, insisto, no es para ganar sino para agradar, para ayudar, para colaborar, uno entiende que solo la existencia, el nacimiento, la presencia de Leo Messi en el mundo impida que este chico gane el Balón de Oro.

Lo que Iniesta hizo el sábado, cuando decidió recoger, acunar, entre sus manos a sus otros nueve compañeros, metérselos en el bolsillo o cargarlos sobre sus diminutas espaldas, y llevárselos hastas la porteria del Sporting para acabar con tanto sufrimiento, solo lo hace alguien muy grande, inmenso, único, genial.
El Camp Nou se dio cuenta, pero es que si no se hubiese dado cuenta, a él no le hubiera importado.
Él, como el `Pirata Albino ¿que acaba de doblar en la gran pantalla?, ¿está ahí para trabajar con todas sus fuerzas, que son muchas, para que a su capitán le nombren `Pirata del Año?.
O ese cuentan que es el argumento de la película `Piratas.
Esa es la grandeza de Iniesta, que hasta cuando hace cine trabaja para que otro gane el Oscar, el Balón de Oro.

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